Antonio Orozco

«Una canción es una forma de expresar una cobardía»

Se define como «una persona simple». Bromista hasta la médula, desprende simpatía por los cuatro costados. Antonio Orozco es uno de los cantantes que irrumpió con fuerza en el mundo de la música y hasta hoy no ha dejado de cosechar éxitos. Acumula fans de todas las edades porque sus canciones hablan de algo tan necesario como los sentimientos.
-¿Cuáles son los momentos más duros por los que ha pasado?
-El principio porque no podía pagar la hipoteca de mi casa. Aunque ahora es más duro que antes, porque estamos trabajando para catorce países, dedico todo mi tiempo mi música y no me queda tiempo para mí.
-¿Qué es lo que más le gusta de su último disco?
-Que he conseguido transmitir un sentimiento. Con la canción Es mi soledad quise dar a conocer lo que sentía y lo conseguí. Es dificilísimo describir sensaciones. Me gusta que en mis canciones hablen de sentimientos. No hay nada de mentira en ellas. No se hacer las cosas de otra manera.
-Entonces, ¿cada canción tiene algo suyo?
-¿Algo?, no. Lo tiene todo de mí. Me identifico con todas las canciones de mis discos porque hablan de momentos de mi vida, que las adapto para que la gente las haga suyas.
- Lo peor y lo mejor de ser un cantante con éxito...
- Lo peor del éxito es la fama. Lo mejor es tener a la música como una fuente que no deja de emanar y utilizarla como medio de expresión. Dicen que una canción no es más que una forma de expresar una cobardía.
-¿Se ha producido una evolución en su música?
-Claro que sí, tanto personal, como humana y profesional. Cada experiencia que vivimos nos hace aprender algo nuevo. En ocasiones te desilusionas, como todo profesional en algún momento de su carrera. Pero volvemos a empezar.
-Habla como si la música fuera para usted lo más importante en su vida...
-No, no lo es. Para mí, lo más importante son mi familia, mis hermanos y amigos. Valoro cosas más simples, quizá porque es aquello que no tengo, como por ejemplo tomarme una cerveza con mis amigos en la terraza de un bar o sentarme a charlar en una fuente comiendo pipas. Es algo que trato de recuperar. Lo malo es que cada vez tenemos más trabajo con nuevas propuestas. Conforme crece nuestra música, nuestro tiempo disminuye.
-Usted que es de familia humilde y sencilla, ¿cómo lleva eso de la fama?
-Muy mal, aunque te acostumbras. Sé que hay libertades que perdí y aprendo a vivir con ello porque es parte de este trabajo. Eso sí, tengo la suerte de que la gente conmigo es muy cariñosa.
-Cuando finaliza un concierto, ¿con qué se queda de él?
-Por lo general, con la conversación tan interesante que tenemos los músicos y yo acerca de los errores que hemos tenido durante la actuación y ver cómo somos capaces de mejorar poco a poco nuestra calidad musical.
-¿Acaba agotado después de una gira?
- No, para nada. Cuando estoy a punto de acabarla me da pena de que se termine. En cuanto al agotamiento, está previsto. No nos permitimos llegar a un cansancio extremo, sino que procuramos tener mi equipo y yo calidad de vida.
(Esta entrevista fue llevada a cabo en agosto del 2005, en su gira por Alicante)